Por Jenny M.
Ella lo tomó por sorpresa y lo beso en los labios, cada vez hacia mas calor mucho mas, ya costaba inhalar aire, la respiración era un leve jadeo, las piernas se entrelazaban, la camiseta de ella ya no estaba, las manos apretaban las espaldas, los labios se juntaban por mas tiempo, él le besaba el cuello dándose cuenta de la incomodidad de ella, le pregunta si no le gusta ella le responde que no,¿ por qué?, porque eres hombre, ese fue el tema de la noche, ella lo había amado durante meses, pero ahora algo había cambiado, ella no era la misma, el insistía en introducirse en ella y le preguntaba ¿por qué no?, porque eres hombre.
Son de esas propuestas que no puedes rechazar, aquellas a las que aceptas sin pensar, en ese minuto solo están tus labios solitarios diciendo: sí. Eso fue lo que ocurrió la noche de la despedida.
Eran cerca de las dos de la mañana, el quería retirarse hacia su casa, el resto de los invitados dijeron que no, que era tarde. Ella trató de convencerlo hasta que casi cedió entonces él le ofreció llevarla a su casa (la de él) para que así ella pudiera dormir mas cómoda, es una de esas propuestas que no se pueden rechazar a las que aceptas sin pensar, entonces se fueron juntos, caminando por calles oscuras, solas. Es curioso pero el centro de santiago a esa hora parece una gran sombra, no había nadie mas que ellos dos y una mujer de esquinas que apareció al final del camino.
La conversación tomo muchas direcciones al igual que ellos dos, hablaban de teatro, de gente, de ellos, de cómo su historia ya no era, en como habían cambiado, en como no se conocían, porque nunca hubo tiempo ni se lo quisieron dar, pero si lo hubo para conocer otros rumbos, otras personas, otros sexos, pero nunca otros cuerpos mas que los de ellos. Quizás el alcohol los llevo hasta ese edificio, también puede que lo haya llevado a preguntarle a ella si quería dormir con el y solo tal vez también los llevo a decirse que no se aman porque aman a otros, a otros iguales a ellos, a otros que ellos mismos conocen, que han visto.
Nunca supieron porque llegaron a ese edificio ni mucho menos a esa habitación, la de el, encendieron la televisión y se acostaron uno al lado del otro, juntos como nunca lo habían hecho, ni siquiera cuando eran pareja, la verdad es que nunca se tocaron, nunca la mano de el había tocado un ceno de ella, nunca ella toco la espalda de el sin un genero en medio, nunca habían estado juntos medios desnudos. Él se quito los pantalones, ella sus pantys al rato le dice: “te molesta si me saco la falda?”, claro que a él no le molestó. Y ahí estaban semidesnudos, la televisión apagada y hablando de sus vidas, hablando de nada, al fin y al cabo nunca se escucharon.
Ella lo tomó por sorpresa y lo beso en los labios, cada vez hacia mas calor mucho mas, ya costaba inhalar aire, la respiración era un leve jadeo, las piernas se entrelazaban, la camiseta de ella ya no estaba, las manos apretaban las espaldas, los labios se juntaban por mas tiempo, él le besaba el cuello dándose cuenta de la incomodidad de ella, le pregunta si no le gusta ella le responde que no,¿ por qué?, porque eres hombre, ese fue el tema de la noche, ella lo había amado durante meses, pero ahora algo había cambiado, ella no era la misma, el insistía en introducirse en ella y le preguntaba ¿por qué no?, porque eres hombre.
Ella tenia puesto un calzón que combinaba con el sostén negro, calzón que casi se lo llevan las manos de él y así concretar a lo que él pensaba había ido. Seguía insistiendo cada vez mas y como no? Una ex pareja acostados en una misma cama casi sin ropa, sus cuerpos uno al lado del otro cualquiera tendría reacciones extrañas. Él solo pensaba en introducirse en ella hasta lo mas profundo de su ser, ella no podía aceptar, esa hubiera sido la traición mas grande hacia ella misma y claro hacia el, ambos fueron honestos esa noche, ella le dijo que preferiría estar con otra persona menos con el, ella buscaba compañía un poco de cariño al igual que el, claro que de maneras distintas. Nuevamente sus manos se intentaron llevar la poca ropa de ella, afortunadamente no lo logro.
Por la cabeza de ella habían muchas cosas, por la de él solo una…ella pensaba en otro cuerpo, en otro ser totalmente distinto al de el, pensaba en otra y el lo sabia, pero daba lo mismo, pensaba en que quería estar así con otra, con ella, solo con ella. Pero lo había amado tanto, como eso se podría haber terminado? Cómo no lo podía amar nuevamente? No tenía la respuesta, solo sabia que no sentía, que el no la hacia sentir, nuevamente la imagen de esa otra, porque estaba el?, por que lo besaba? Por que dejaba que la tocara, que la besara y la tocara y que sus respiraciones fueran cada vez mas jadeantes.
Llegó el amanecer, hora de irse, claramente el estaba molesto, no consiguió lo que quería, ella satisfecha. Se levantó, buscó su ropa y se puso frente a los pies de la cama, al mirarla lo primero que ve es a el semidesnudo en ella, ve al hombre que había amado durante meses, que había tocado y respirado junto con el hace algunas horas, veía el cuerpo que acababa de recorrer casi por entero y al mirarlo fue feliz, se viste, lo mira… cualquiera podría decir que ella esta feliz de haber estado con ese hombre de amarlo y es justo eso, estuvo con él… pero su felicidad es justamente que no lo ama, que lo mira y no quiere estar al día siguiente a su lado, su felicidad era no querer despertar y ver a ese hombre semidesnudo a su lado, fue feliz al no amarlo, al pensar en esa otra mujer con la que imaginó estar toda la noche disfrazada en el cuerpo de él.
Por Jenny M.