Las lesbianas no pueden olvidar que deben ser capaces de generar un movimiento coherente con su especificidad lésbica, sin olvidar a la mujer como el constructo que la designa al momento de nacer. Sin embargo esto, merece algunos alcances.
¿Las lesbianas no son mujeres?
Para Monique Wittig, teórica lésbica existe un regímen biopolítico sobre nosotrxs, lo que quiere decir, que existen fuertes mecanismos de disciplinamiento que organizan nuestros cuerpos, los que deben aprender a sentir, amar, gozar , usar , etc de una determinada forma: la forma heterosexual, que de esta manera se convierte en un regímen sexual.
Para Wittig, el término “mujer” sólo tiene sentido en el régimen hétero y desde allí releva que las lesbianas no son mujeres, así como no lo sería cualquier mujer que no esté en relación de dependencia personal con un hombre, en este sentido hablaremos de mujeres no heterosexuales, para entrar en correspondencia con un movimiento de mujeres pensantes y deconstructor. Lo mismo hablaremos de lesbianas que no desean integrarse para designar a aquellas lesbianas que exigen un cambio del sistema, del modelo y sus enfoques para construir de verdad, un mundo más justo y humano el día de mañana.
Para profundizar en esta temática, recomendamos que se lea el texto “La mente hétero“ de Monique Wittig, puesto que la idea de plantear estos temas , sobre todo sobrevolando el 08 de marzo tienen como fin aportar a la discusión y el debate lésbico, a modo de que cada vez surja con mayor claridad cuáles son aquellas problemáticas que nos atañen sólo a nosotras y de una u otra forma definen nuestras especificidades demandantes, reflexivas , actuantes y de no integración.
Lesbianas y mujeres: una relación bilateral
Es importante indicar dos aspectos de suma importancia en esta discusión. Por un lado que las lesbianas no pueden negar que han vivido gran parte de su vida y han sido modeladas por la sujeta política que surge desde el constructo mujer, que valga la alegría, muchas veces se deslinda de la estructuración del regímen héterosexual, en otras palabras, la mujer es su cuna, es su historia, pues una lesbiana nace como mujer, vive y sabe de discriminación, hasta que se asume como lesbiana y las restricciones se amplían. Por el otro lado se hace hincapié en que los problemas de los cuales son objeto las lesbianas de estar dilucidados, se transforman en un objetivo político, entendiéndose bajo el marco de las formas que seamos capaces de construir para hacer política y a su vez se extienden a necesidades globales como la modificación del modelo político y económico que impera.
Así por un lado nos enfrentamos a definir claramente cuáles son nuestros desafíos específicos como comunidad lésbica (tortas , pegaso, camionetas, otras, que son pobres , locas, trabajadoras, madres…) y a no olvidar una historia , pues la desigualdad de condiciones entre hombres y mujeres es la plataforma que recrudece la desigualdad para las lesbianas.
Importante en este punto , redundar en lo planteado ya en otros artículos y que tiene que ver con esta necesidad de clasificación que desarrollamos, pese a que hablamos de personas, sin embargo, desde este mismo cuestionamiento volvemos a sentar las bases de por qué también es necesario una definición política identitaria, que someramente sintetizaremos en que somos lesbianas políticas, puesto que debemos enunciarnos para existir, cuando existimos, cuando somos concretas emergen las problemáticas, las demandas, lo que a su vez nos exige generar espacios de acción que nos permitan alcanzar la libertad sin restricciones y fundamentalmente sin la carga de la heterosexualidad que todo lo significa entramando una heterorealidad que genera todos los mecanismos posibles para no ser deconstruida.
Cabe decir que en el contexto que se indica serán las mujeres no heterosexuales y las lesbianas cómplices de la construcción de un nuevo mundo y lo mencionamos así pues la complicidad no será válida si ambos movimientos no son capaces de desmarcarse de la cultura hétero, lo que en casos de mujeres heterosexuales y de lesbianas con miradas integracionistas sólo contribuye a la preservación de uno de los regímenes más tiranos de la historia y que es, por cierto , herramienta del patriarcado.
En este mismo sentido la relación bilateral que debe surgir entre mujeres no heterosexuales y lesbianas que no desean integrarse al sistema, debe estar centrada en la premisa ya indicada, para no seguir viviendo los impactos de un movimiento de mujeres heterosexualizado, que continúa construyendo a las lesbianas que desean integrarse y a las que bajo ningún punto de vista lo harán, como anormales.
Desafíos del movimiento lésbico o ¿hacia dónde vamos?
En el marco descrito, debemos ser capaces de fortalecer el vínculo con el movimiento de mujeres, pero de esas mujeres, lo volvemos a repetir, que nada tienen que ver con el constructo patriarcal de esta identidad. Este hecho fortalecerá bilateralmente una mirada más amplia de la realidad y en este camino la toma de conciencia de “lo femenino”como construcción cultural, que se deconstruye desde la acción de las lesbianas que no se integran y de las mujeres no heterosexuales , así como del surgimiento de otras sujetas políticas, más discriminadas que la misma lesbiana como la camiona, la caballero, la torta gorda o la torta flaca, la torta discapacitada, la camiona indígena y muchas más de distintos contextos socioculturales.
En esta senda no podemos negar que la discriminación a las mujeres es discriminación a las lesbianas, pero debemos relevar, que existe equivalencia de mujeres a lesbianas en torno a discriminación, pero no existe de igual forma desde las lesbianas a mujeres, ya que la discriminación a lesbianas agrega además a su historia mujer, su especificidad como lesbiana, construida como anormal por el sistema cultural heterosexual.
El debate y la reflexión son herramientas fundamentales en este proceso, para no generar atrincheramientos ideológicos surgidos sólo desde un nivel comprensivo, que se aleja de ciertas habilidades superiores del intelecto , que claro está, todas las lesbianas pueden ejercitar y desarrollar. Es importante decirlo, más aún en un sistema que nos ha enseñado a contenernos a través del silenciamiento de nuestras necesidades más básicas y fundamentales a la vez. Las lesbianas pensamos, por lo que somos capaces de alimentar discusiones en torno a género cada vez más desacademisadas y desde allí aportar al nacimiento de movimientos contraculturales en la medida en que no sigan reproduciendo el modelo educativo y la forma sistémica de generar conocimientos. El conocimiento está en nuestras experiencias, en nuestra historia, que es elemento fundamental de las teorías que debemos develar. Y aquí surge una clara complicación.
La historia lesbiana se enfrenta a un complejo escenario en donde la historia conocida es aquella que da cuenta de una supremacía del mundo masculino ¿cómo, entonces, los documentos que escribimos dejarán constancia de esto y otorgarán una información lesbiana para el futuro que sea coherente entre las experiencias lésbicas y la producción teórica?. Más claro ¿cómo permitir que el futuro nos lea sin tener que afrontar la asimilación de las mujeres y de muchas lesbianas al patriarcado1, pero desde una apropiación del mundo a través de la activación de nuestros estados de alerta?. Para entender a las lesbiana del pasado y del presente, debemos primero que todo, reconocer que esta funciona en parámetros históricos en donde la heterosexualidad es una narrativa que se impone políticamente y de la cual muchas tortas no han podido escapar. Ejemplo de esto es la columna sobre la disco que Schneider Freya redactó hace algunos días y que fue el centro, por varios minutos de un debate político lésbico en el marco otorgado por el E.L.T.A. Desde aquí saltamos a otra pregunta.
¿Cómo elevar el debate y la reflexión teórica y pasar así de la disco a una comprensión amplia del modelo, de nuestras normalizaciones, de los caminos que transitamos hacia la desheterosexualización?,¿cómo fortalecemos nuestra intencionalidad de ser lesbiana?, ¿Cómo nos transformamos en una comunidad que genera conocimiento y valida sus teorías, que serán la historia a interpretar en el futuro?¿Cómo de esta forma, manejamos el futuro a nuestro favor?
Los temas planteados son generales, no son todos los que son, pero siempre serán un paso a la convocatoria del pensamiento lésbico, a la definición de qué queremos y de lo que debemos comprender para avanzar, a abandonar las suspicacias , a abandonar la soberbia, a abandonar nuestra heterosexualidad, que va más , muchísimo más allá de la ropa que usamos o dejamos de usar, a fortalecer el surgimiento de la contracultura y no de sub-culturas que se instalan en los escaparates comerciales (¿o es casual que se hable de una moda lésbica, que T.A.T.U haya vendido muchos discos, o que se vistan como hip-hoperos lolitxs burgueses y racistas?)
Hay muchos otros temas a los cuales darles vuelta, pero como es 08 de marzo vamos a hacer algunos alcances concretos para promocionar su discusión, planteadas como preguntas para que las respuestas que nos lleguen sean el inicio de su concreción:
¿Cuándo la Constitución , los Tratados , Convenciones me enunciarán como sujeta política y dejaré de ser parte del manoseado concepto. “orientación sexual”?. Recordamos que cuando nos enunciamos, existimos y políticamente este aspecto es fundamental para desarrollar políticas que den cuenta de que somos sujetas de derecho.
¿Cuándo nos encontraremos en los textos de estudios, en la historia? ¿Cuándo podremos, decir sin problema que las lesbianas son excelentes profesoras?
¿Cuándo las lesbianas que desean ser madres lo harán sin el temor de que su deseo sea desvastado por la decisión de una corte que indique que ser lesbiana la inhabilita para serlo?
Cuando las lesbianas no serán expulsadas de sus trabajos, por ser lesbianas, aunque no se los digan?
Cuántas expulsiones más de los liceos, disfrazadas de “cambio de ambiente escolar” tendrán que vivenciar las lesbianas adolescentes ?
¿Cuándo podremos decir todas las veces que queramos y en todos lados que somos lesbianas?
¿Cuándo existirá una Ley de Violencia en contra de las lesbianas?
Hasta aquí dejamos estas preguntas con las ganas de que el listado se siga completando a modo de rellenar las ganas y nuestras voluntades para cambiar al mundo, fundamentalmente desde el cuestionamiento y socavamiento del modelo que nos construyó.