Estimadas, estimados y estimades:
Agradezco en nombre del Movimiento por la Diversidad Sexual, MUMS a Fundación Daniel Zamudio el permitirme estos minutos y en especial a la Señora Jaqueline y don Iván quienes hoy después de tres años del asesinato de Daniel encabezan la Fundación Daniel Zamudio.
Hoy al pasar el tiempo tenemos claro que los asesinos de Daniel Zamudio no están presos, siguen en las calles, los reales asesinos no han sido combatidos, la violencia y la discriminación siguen en las calles de nuestro país. El Estado no se ha hecho cargo para evitar nuevos casos como el de Zamudio, no ha sido capaz de tomar medidas afirmativas en favor de la igualdad y no discriminación.
La discriminación no termina con una ley, sino con políticas públicas y el impulso de la diversidad como un valor en la construcción de una real democracia. La falta de impulso y compromiso a un Instituto Nacional de la Diversidad e Inclusión INADI es muestra de esta falta de compromiso real con la diversidad por parte del gobierno y del Estado de Chile.
La muerte de Daniel Zamudio ha sido utilizada políticamente, a veces por grupos de la misma diversidad sexual y muchas veces por políticos oportunistas que salieron a la palestra indicando la necesidad de la Ley Antidiscriminación, la misma que durmió 10 años en sus escritorios.
Finalmente se unió esta tragedia a la dictación de la ley 20.609 o “Ley Zamudio”, sin embargo las falencias obvias de esta ley no hacen más que una triste utilización de su nombre y del dolor de una familia y un país golpeado por la intolerancia y la discriminación. El tiempo sólo nos ha demostrado que, la mal llamada Ley Zamudio, no evitaría un nuevo ataque igual o peor que el sufrido por Daniel, no enseña el respeto a la diversidad, no logra que el Estado se haga cargo de su obligación Constitucional de respetar los Derechos Humanos de todas y todos.
A tres años el balance es triste, Chile no ha avanzado, aun cuando ese sea el mensaje que intentan vendernos. La tragedia de Zamudio sensibiliza a muchas personas, pero son esas mismas personas quienes dicen no a la adopción y cuestionan el derecho al matrimonio igualitario.
A tres años debemos recordar que quienes golpearon y mataron a Daniel Zamudio no fueron sólo sus agresores, sino toda una sociedad que, irónicamente, ya había sido condenada antes de la tragedia.
El gran homenaje: La necesaria aprobación del conjunto de leyes para la igualdad de derechos y, sin duda, las modificaciones necesarias a la ley antidiscriminación. Sin ello, no puede existir el desarrollo integral de las personas, sin importar su orientación sexual e identidad de género o de cualquier otra índole.
Aquí radica el homenaje, no sólo de forma simbólica, sino que ética y moralmente, de una sociedad que aún no entiende la convivencia democrática en dónde no somos iguales, sino todas y todos distintos pero iguales en derechos.
Muchas gracias.
Palabras de Marcelo Leiva
Presidente de MUMS
Velatón Fundación Daniel Zamudio 2015