Columna de opinión por Fernando Muñoz*
Como primera cosa, quiero agradecer a Nicolás Copano, Ariel Levy, Luciana Echeverria, Vivi Rodrigues, La Noche y Jean Philip Creton por su disposición y apoyo para enfrentar el VIH. Sabemos que lo hicieron con la mejor de las voluntades, y eso se agradece. Sin embargo, es necesario que se aclaren ciertas cosas que no se mencionan, que se ocultan por parte del Ministerio de Salud. Y, como se dice, “las medias verdades son medias mentiras”.

Algunas verdades
Parto por aclarar que comparto la idea de promover el examen y agilizar el tratamiento a quienes ya adquirieron el virus. Esta es una causa noble en tanto es efectivo que en el país hay más de 20 mil personas que viven con el VIH sin saberlo. Lo que no comparto es que esta iniciativa se nos presente como la salvación, o bien, en sustitución de la necesaria prevención.
También es verdad que el conocer el estado serológico, ósea, saber si se vive con el virus, es una gran oportunidad de recibir tratamiento temprano, evitar el deterioro de la salud o la posible muerte, y permite también la implementación de medidas de autocuidado para si mismx y con las parejas sexuales. Es cierto también que la promoción del examen de detección es una medida adoptada por otros países para enfrentar el VIH, siendo parte de las estrategias que pueden ayudar a bajar la expansión del virus del VIH si se usa en forma adecuada y combinación con otras. Eso nos dice la teoría, ya que en la práctica no se evidencian impactos concretos.
Algunas Mentiras
Se miente al país al señalar que esta campaña permitirá buscar a las de 20 mil personas que viven con el virus sin saberlo. Eso no es real, ya que muchas de estas personas ni siquiera sospechan de la presencia en tanto confían en las distintas parejas sexuales que han tenido. La mayoría de lxs chilenxs asume que se debe confiar en las parejas y, por lo tanto, piensa que exigir el condón en toda relación es inadecuado, sobre todo si se trata de una relación estable.
En segundo lugar, en Chile gran parte de lxs trans, gays y otros hombres que tiene sexo con hombres que no se toma el examen por miedo a ser discriminadx por vivir con el virus, por miedo a ser discriminadx por su orientación sexual o identidad de género, por miedo a que su sexualidad quede expuesta. Por lo tanto, asumir que con esta campaña todo el mundo se tomará el examen es un error.
También es una mentira que el tema del VIH está superado porque el 80% de la población sabe como se transmite. Eso no tiene sustento. No tiene nada que ver el saber algo con el implementar una acción para evitarlo. Por ejemplo, en Chile todxs sabemos que no se debe conducir borracho, pero los accidentes crecen a causa del alcohol; todxs sabemos que el cigarro hace mal, pero tenemos los mayores índices de tabaquismo del mundo. Asumir que “la gente ya sabe como se transmite el virus”, y en base a ello no realizar acciones de prevención es un notable abandono de deberes del Ministerio de Salud. La promoción e implementación de la prevención no tiene relación directa con el conocimiento.
Lo hay ninguna mención por parte del ministro de que, en Chile, la cobertura de las poblaciones más expuestas a la epidemia, como gays, trabajadoras sexuales, privados de libertad y otrxs, apenas tiene una cobertura del 2%, y la cobertura de entrega de condones apenas llega al 5%.[i] En pocas palabras, la idea que plantea el ministro de que debemos abordar un aérea de la prevención que no hemos trabajado suena bien, pero en lo real es falsa, porque en lo concreto la prevención casi no se hace, no hay coberturas como lo indican las propias cifras oficiales.
Tampoco se explica que en Chile las condiciones para realizar el examen son muy malas: el trámite no es expedito dentro de la Salud Pública y, al contrario, a veces puede ser bastante complejo. Para partir, hay que estar inscrito, lo que no ocurre con muchos jóvenes y hombres que acuden al consultorio. Además, tiene que haber hora disponible y estar las personas capacitadas en el proceso. Todo esto no siempre se da, ya que los funcionarios de la salud municipalizada deben hacer otras veinte tareas al mismo tiempo.
Lo que el ministro tampoco dice es que en los últimos años el presupuesto del programa aumentó de 13.200 millones en el 2006 a 19.000 millones en el 2010, lo cual responde en gran medida a la mayor compra de medicamentos. El aumento del gasto es explosivo. ¿No es acaso más barato repartir condones y promover la prevención? Sin duda lo es. Entonces aparece la pregunta: ¿Quién gana con el aumento explosivo de la compra de medicamentos?
Para terminar, la demanda es bien concreta: aumentar el presupuesto de prevención, esto es, hacer educación sexual, promover el autocuidado y hacer mejoras a los proyectos de trabajo con poblaciones en mayor riesgo para mejorar coberturas y efectividad del trabajo.

[i] Informe final de evaluación. Programa Nacional de Prevención y Control del Virus de Inmunodeficiencia Humana / Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/SIDA) y de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Ministerio de Salud. DIPRES, 2010.

* Fernando Muñoz es sociólogo y coordinador político del MUMS. @Fernando_MUMS

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Las columnas de opinión no necesariamente reflejan el pensamiento de MUMS.