Hoy visto una blusa morada y no es casualidad. No estoy sola: hoy 20 de Octubre es el “Spirit Day” (Día del Espíritu), en donde miles nos vestimos de morado en señal de rechazo al bullying contra la población LGBT.
Bullying es una palabra gringa, pero qué le vamos a hacer. Bullying es el acoso, la bromita densa, la tontera, el matonaje en base a la orientación sexual de una persona. Este año hay motivos específicos para vestir morado: en USA se llora la muerte de 6 jóvenes que perdieron su vida víctimas del acoso. Jóvenes que no aguantaron más la presión y las amenazas de pasillo y se suicidaron. Tyler Clementi, de 18 años, fue filmado en cámara escondida mientras besaba a otro chico, y el video se vió en tiempo real en Twitter. Tyler saltó de un puente menos de cinco días después.
En Chile, ni siquiera sabemos qué tan grave es el problema del bullying hacia los jóvenes LGBT. No hay cifras concretas. Es difícil atacar un problema cuando ni siquiera se tiene noción de su magnitud. Que no se nos olvide que Chile es un país en donde, sólo por mala gestión, docenas de personas no fueron notificadas de que portaban el VIH.
Por esto hoy visto una blusa morada. Por esto, hoy hay millones de “tweets” dando vueltas con el hashtag #spiritday. Si ves perfiles online o blogs cubiertos de una capa morada, ya sabes por qué es.
Y por eso escribo. Escribo porque pienso que no tiene sentido poner colores y status valientes en Facebook si es que no traduces ése impulso a alguna acción fuera de internet. Escribo, y lo hago en primera persona porque pienso que es necesario darle caras, nombres, historias a todo el grupo inmenso de gente LGBT y a sus aliados. Es más fácil marginar a una masa sin nombres que a una amiga, hermana, colega y un largo etcétera.
Algunas personas heterosexuales no entienden por qué una marcha, por qué un perfil morado, por qué una manifestación pública de apoyo. Dicen que la orientación sexual es privada. Se equivocan: es pública. El acto sexual es privado, pero la orientación sexual es pública: yo todos los días escucho gente hétero coordinarse para almorzar con su pareja, hablar del último viaje que hicieron juntos o de los hijos que tienen. No temen que los despidan, o que les nieguen un ascenso. La orientación sexual es pública, pero el derecho a verbalizarla no lo tienen todos.
Yo visto hoy de morado por los que no tuvieron ese derecho y sucumbieron ante la presión.
Tal vez te incomoda el beso de una pareja gay, o tal vez no estás seguro de que puedan formar una familia. No estoy de acuerdo contigo, pero eso es una discusión aparte: si estás en tus cabales, probablemente estás de acuerdo en que la violencia y el bullying contra población LGBT es inaceptable.
A lo que te invito es a la acción pequeña: hoy no hagas bromitas en las que ser homosexual sea lo ridículo. Hoy, al menos hoy, guárdatelas. ¿Eres mamá? Asegúrate de mencionarles a tus hijos que el fin de la vida no es la única salida al dolor. Que ser diferente no es malo. Edúcalos bien, edúcalos para un Chile que se diversifica.
Mi acción pequeña es firmar este texto en vez de escribirlo en tercera persona. En Chile es legal despedir o no ascender a una persona en base a su orientación sexual. Firmando me expongo a la sospecha. Me hago vulnerable porque no basta con una blusa morada vestida en silencio cuando hay adolescentes que no quieren vivir más.
Mi acción pequeña es escribir con mi nombre. ¿La tuya?
Puedes contactarme a [email protected]. Si me mandas emails de odio, me reservo el derecho a publicarlos junto a tu nombre. Mi Twitter es @TechuLarraechea.
Foto por Sigmaration en Flickr http://farm1.static.flickr.com/44/233499524_7704a552f1_o.jpg
* Por Maitetxu Larraechea / La Opinión