Por Angélica Valderrama / ElNavegable.cl

A casi cinco meses del matrimonio entre personas del mismo sexo en México DF se han recibido 341 solicitudes y se han celebrado 320 uniones, en Argentina se acaba de aprobar la ley de matrimonio igualitario, concepto que las organizaciones de diversidad sexual en Argentina asertivamente instalaron en el debate público y ya hay más de 200 horas pedidas para casarse desde que se promulgó el proyecto, que también posibilita la adopción por parte de los contrayentes.


Este panorama produce ronchas en nuestro país donde, hasta hace un tiempo, el debate se centraba en proyectos de unión civil que fundamentalmente abordaban los temas patrimoniales, aun así se reclamaba contra el acabo de la familia, institución incorruptible que supuestamente constituye a la sociedad.

Ahora cuando ya se ha presentado el primer proyecto de matrimonio igualitario en Chile, se ha develado el conservadurismo de todos los sectores, pero me refiero a los sectores políticos, aquellos que han sido elegidos para ocupar cargos de representación, porque la ciudadanía va más adelante, la ciudadanía es diversidad, es la clase política la homogénea, los mismos apellidos que repiten de generación en generación y que además construyen vínculos de todo tipo entre ellos.


La diversidad constituye un valor para una sociedad, su valoración es lo que corresponde en un estado multicultural, ahora que se acerca el bicentenario nos encontramos con una fiesta de identidad nacional, me pregunto si los y las inmigrantes están incluidos en estos festejos, o si el pueblo mapuche tiene algo que celebrar.


El cerco informativo sobre las huelgas de hambre de mapuches en varias ciudades es el relejo de que no somos precisamente un país que se acerque a una celebración de bicentenario que le pertenezca a todos y a todas, sino a unos pocos, que no valoran la diferencia y la autonomía y que se esfuerzan constantemente en instalar discursos conservadores.


Por más que el gobierno pretenda dar urgencia a proyectos de ley de unión civil, por más que dicho proyecto se apruebe, ya se comenzó un proceso que conseguirá, en algún momento, la ley de matrimonio igualitario, ¿quiere usted sumarse en la construcción de una sociedad en que se reconozca la dignidad de todos y todas? .Los derechos se consiguen y para allá vamos.


A casi cinco meses del matrimonio entre personas del mismo sexo en México DF se han recibido 341 solicitudes y se han celebrado 320 uniones, en Argentina se acaba de aprobar la ley de matrimonio igualitario, concepto que las organizaciones de diversidad sexual en Argentina asertivamente instalaron en el debate público y ya hay más de 200 horas pedidas para casarse desde que se promulgó el proyecto, que también posibilita la adopción por parte de los contrayentes.


Este panorama produce ronchas en nuestro país donde, hasta hace un tiempo, el debate se centraba en proyectos de unión civil que fundamentalmente abordaban los temas patrimoniales, aun así se reclamaba contra el acabo de la familia, institución incorruptible que supuestamente constituye a la sociedad.


Ahora cuando ya se ha presentado el primer proyecto de matrimonio igualitario en Chile, se ha develado el conservadurismo de todos los sectores, pero me refiero a los sectores políticos, aquellos que han sido elegidos para ocupar cargos de representación, porque la ciudadanía va más adelante, la ciudadanía es diversidad, es la clase política la homogénea, los mismos apellidos que repiten de generación en generación y que además construyen vínculos de todo tipo entre ellos.


La diversidad constituye un valor para una sociedad, su valoración es lo que corresponde en un estado multicultural, ahora que se acerca el bicentenario nos encontramos con una fiesta de identidad nacional, me pregunto si los y las inmigrantes están incluidos en estos festejos, o si el pueblo mapuche tiene algo que celebrar.


El cerco informativo sobre las huelgas de hambre de mapuches en varias ciudades es el relejo de que no somos precisamente un país que se acerque a una celebración de bicentenario que le pertenezca a todos y a todas, sino a unos pocos, que no valoran la diferencia y la autonomía y que se esfuerzan constantemente en instalar discursos conservadores.


Por más que el gobierno pretenda dar urgencia a proyectos de ley de unión civil, por más que dicho proyecto se apruebe, ya se comenzó un proceso que conseguirá, en algún momento, la ley de matrimonio igualitario, ¿quiere usted sumarse en la construcción de una sociedad en que se reconozca la dignidad de todos y todas? .Los derechos se consiguen y para allá vamos.