Al cumplirse diez años desde la primera marcha del orgullo, la versión 2008 concentró a más de 15.000 asistentes (según medios televisivos de información), corroborando un largo proceso de organización y lucha del Movimiento Unificado de Minorías Sexuales y Acciongay.
Lesbianas, gays, bisexuales, trans y héteros se dieron cita en la Plaza Baquedano, para hacerse visibles como no les es posible el resto del año. Afirmar sus diferencias, y exigir igualdad en el ámbito público y privado fueron algunas de las demandas de las y los asistentes.
Además de los organizadores, se hizo presente Vasili Deliyanis, coordinador de la red Vivo Positivo de personas viviendo con VIH, quien celebró la masiva concurrencia. También intervino Karl Böhmer presidente de Amnistía Internacional Chile, destacando la importancia central que tiene la diversidad para el respeto y promoción de todos los derechos humanos.
Al dirigirse a los presentes, el candidato a concejal por la Municipalidad de Santiago y activista LGTB, Gonzalo Cid, criticó a la Concertación y la Alianza por el olvido y la indiferencia que expresan hacia los ciudadanas que tienen una sexualidad diferente. En tal sentido manifestó el importante poder de decisión que tiene este 10% de la población.
A eso de las 16.00 horas se inició el recorrido, que transcurrió desde la Plaza Italia hasta el paseo Bulnes, ocupando totalmente la calzada norte de la Alameda. Los miles de participantes soprendieron a los transeúntes que a esa hora circulaban por el centro de Santiago, sin que se registrara ningún incidente.
Frente a la entrada de la Universidad Católica activistas de la Coordinadora Universitaria de la diversidad Sexual realizaron una performance contra la homofobia, donde denuciaron el conservadurismo de la jerarquía de la Iglesia Católica y del doble estandar de grupos políticos del país. También se manifestaron las lesbianas feministas con una gran batucada en la «otra marcha», para protestar por la violencia de género y la falta visibilidad que las afecta.
Mientras pasaban por el palacio de La Moneda, se exigió al gobierno de la Presidenta Bachelet que cumpla con las promesas de campaña hechas a las minorías sexuales, y que tienen que ver con la aprobación de una ley anti discriminación efectiva, que otorgue seguridad jurídica real, e instrumentos para denunciar y acabar con prácticas como los despidos por razón de la orientación sexual, y las expulsiones de colegios de las cuales son víctimas la población LGTB.
Ya en el Paseo Bulnes, se efectuó el acto de cierre con las palabras de Fernando Muñoz, presidente de MUMS, quien dijo que «gays lesbianas y trans quieren los mismos derechos y no derechos especiales o de segunda categoría, incluido el derecho a casarse o no», afrimó.
Por su parte Marco Becerra, director de Acción Gay, destacó el arduo trabajo que han efectuado las organizaciones y las y los activistas para abrirse paso y realizar manifestaciones masivas como las observadas este sábado en Santiago. Recordó que en la marcha del año 2000 sólo se contaban unas 500 personas y hoy son mas de 15.000.