A nivel mundial se conmemora este 17 de Mayo el Día Mundial en contra de la homofobia, lesbofobia y transfobia, recordando el día en que la homosexualidad fue retirada del Listado de Enfermedades mentales, en donde hasta la década de los 80 había estado incorporada.
Este hecho por cierto que aportó a la despatalogización de la homosexualidad, sin embargo, los Trastornos de Identidad de Género, a los cuales es reducida la identidad transgénera, sigue siendo parte de dicho listado , conocido en el mundo de la ciencia como D.S.M
Aparentemente en Chile se han desarrollado diversos avances en materia de derechos humanos para la población LTGB, pero la verdad es que estos se han radicado en la modificación del artículo 365 que penalizaba con cárcel las relaciones consentidas entre dos adultos varones del mismo sexo, lo que da cuenta de una voluntad política mínima frente a la modificación del escenario de discriminación en el cual se desarrollan lesbianas, gays y trans.
Dicha modificación se desarrolló en la década de los 90’ y desde allí pareciera que existe un estanco político, gestado en una pseuda amabilidad del sistema, en tanto no se han generado políticas integrales que aborden la desigualdad entre homosexuales y heterosexuales. Un claro ejemplo de lo indicado es la Ley que establece medidas en contra de la discriminación, que fue cercenada por el gobierno, transformando la propuesta de la Sociedad Civil en un manifiesto de correctas intenciones y que no cuenta con la voluntad política del gobierno para financiar su implementación, lo que sigue entrampando su publicación como Ley en el diario oficial. La Ley fue aprobada por el Senado, sin embargo, el gobierno no se manifiesta en torno a los recursos que son necesarios para poder implementarla y generar un necesario monitoreo de dicha implementación.
Vale decir que frente a lo anterior la ley no es significativa para el mundo LGBTI, si bien es cierto, se podrá leer como un avance, este no representa las verdaderas exigencias de la propuesta inicial, por lo que la promulgación de la Ley no indica que se seguirá trabajando para incorporar todas las exigencias del mundo lésbico, trans y gay.
La situación en el Código Penal a través del artículo 373 se mantiene de la misma manera. El artículo que rige la moral y las buenas costumbres, sigue siendo utilizado para apremiar ilegítimamente a gays, lesbianas y trans. En este sentido, se sabe que existe un llamado no oficial del gobierno, a no hacer aplicación de este artículo para darle prioridad a hechos de mayor connotación policial, sin embargo, los aparatos de seguridad lo siguen aplicando, deteniendo a personas no heterosexuales y liberándolas antes de las horas indicadas para que los casos pasen a Fiscalía. Esta situación genera que lxs detenidxs opten por salir libres, frente a procesos por lo general traumáticos, en tanto, a nadie le gusta estar detenidx, por lo que no se generan antecedentes que castiguen a lxs culpables de la violencia innecesaria que muchas veces se utiliza, lo que elimina la posibilidad de sentar precedentes que orienten la construcción de nuevas políticas no discriminatorias.
En Educación las personas no heterosexuales no existen. Por otro lado la lenta y débil implementación de Planes de Sexualidad y Afectividad, no permite que las escuelas y liceos se abran al debate. Dichos Planes no aseguran, tampoco, que las personas no heterosexuales sean comprendidas desde la igualdad, en tanto es la heterosexualidad oficial la que las caracteriza. En este sentido la iglesia juega un rol fundamental, puesto que aún incide y está presente en la Educación, lo que significativamente aporta a reproducir los discursos homofóbicos, lesbofóbicos y transfóbicos. Un ejemplo concreto es la resolución del Tribunal Constitucional frente a los mecanismos de fertilidad.
En este contexto no se puede olvidar que hace pocas semanas la Iglesia ratificó su voluntad de que una profesora de religión, asumida como lesbiana, no siguiera haciendo clases por ello.
En el ámbito laboral el artículo 161 del Código del Trabajo, que permite que el empleador despida a lxs trabajadorxs, por necesidad de la empresa, justifica a través de la apariencia, lxs despidos injustificados de lesbianas, gays y trans.
En enero Mums dio a conocer un nuevo caso de transfobia, que acabó con la vida de Alejandra. El hecho denunciado, aún no aporta a la resolución del caso, lo que es algo característico para las personas no heterosexuales. Por lo general, no existen culpables y si los hay rápidamente salen en libertad.
Desde la mediática temática del matrimonio, se puede indicar que en Chile, ser homosexual, lesbiana o trans es una causal de divorcio, lo que habla de cómo el sistema sigue aportando a la figura de no heterosexuales perversos, delincuentxs y enfermxs, lo que enuncia que la discriminación no termina, que los gobiernos son indolentes frente a la temática y que seremos lxs discriminadxs, lxs llamadxs a construir el cambio.
No te duermas, porque….
El machismo mata. La lesbofobia, la transfobia y la homofobia, también.