Pero tal vez, un hecho que marca la presencia de las minorías sexuales en la demanda por derechos es el incendio de la discoteca Divine en Valparaíso un 4 de Septiembre del año 1993.
Durante los últimos años, para ser más exactos desde el año 2000, las lesbianas, gays y trans, venimos manifestándonos públicamente por las principales calles de Santiago en la marcha del orgullo. Marchar en Septiembre tiene varias interpretaciones y simbolismos los más fuertes tienen que ver con el patriotismo dieciochero que siempre esta cargado de machismo y de fobias (todas las posibles) propio de ciertas representaciones del macho-huaso conservador y agresivo. También no es menor el derrocamiento de un gobierno democrático para imponer por la fuerza una dictadura cruenta de 17 años. Pero tal vez, un hecho que marca la presencia de las minorías sexuales en la demanda por derechos es el incendio de la discoteca Divine en Valparaíso un 4 de Septiembre del año 1993, de este suceso enmarcado en lo policial se han desprendido sendos reportajes, tesis, libros, crónicas, afiches, videos, etc. una manera de visualizar esas 18 personas, hombres gays que murieron calcinados o azotados contra el pavimento luego de lanzarse desde un tercer piso en llamas.
La Divine es entonces el dramático icono que representa la visibilidad de lesbianas, gays y trans, dejando de lado el ghetto comercial, el encierro clandestino que aun se vivía a principios de los ’90, los rostros se hacen presente y de cara a la ciudadanía para no solo demandar derechos legales sino que enfrentar el heterosexismo clásico y naturalista, la sexualidad no es la heterosexualidad y viceversa, es la diversidad la que promovemos y defendemos, el derecho de orientar la sexualidad según nuestros propios criterios y no de regirnos por normativas eclesiásticas o legales que no solo impiden observar la realidad, realidad de lesbianas, gays y trans sino que satanizan los cuerpos para marcarlos con insensatez y vulgaridad. La manifestación política de las minorías sexuales ha demostrado durante estos años podemos cambiar las perspectivas culturales de una nación, que hoy se hable de gays y lesbianas, incluso de trans en los medios de comunicación masiva, no es obra de la casualidad, que existan personas hombres o mujeres con una libertaria soltura publica para ‘reconocer’ su orientación sexual distinta a la hetero obedece a estos años con marchas, manifestaciones, militancia aguerrida que ha instalado un tema tabú y exotico en el plano de lo público, son miles las personas vivas y muertas a quienes debemos esta apertura cultural y los avances en materia de derechos, son gays lesbianas, transgeneros, travestis, transexuales, vih/positivos, amigas y amigos a quienes reconocemos ser parte de un movimiento mucho mayor, de distintas vertientes políticas sociales y culturales un verdadero abanico de la diversidad que merece todo nuestro reconocimiento, nunca ha sido y será un representante que se enarbole como presidente de los gays, el objetivo de esta movilización nacional, eso es patético, los impresionismos discursivos y aprovechamientos de las minorías a veces provienen de nuestras propias ‘filas’, no estamos luchando para levantar en sillita patronal a ningun/a representante unitario y univoco, todo lo contrario nuestra lucha reivindicativa tiene y seguirá teniendo muchos colores, el aroiris cubre nuestras cabezas para hacernos entender que la libertad de pensamiento y la diversidad de estilos enriquece nuestras vidas, por eso hemos luchado todo este tiempo, por eso defendemos nuestros derechos, por eso recordamos a esos 18 homosexuales que murieron sin ver el multicolor a plena luz de día que brinda la diversidad sexual paseando altiva por las ancha alamedas.