Por Erika
Han oído hablar de “Juanito Yarur” o más conocido como “Juanito glamour”, pero sus fiestas y el arribismo con que se califica a algunos homosexuales, los tiene sin cuidado. Ellos aprenden a compartir, sin prejuicio con travestis, lesbianas y bisexuales, pero lo más importante a prevenir el VIH con responsabilidad.
– ¿y dónde carretean ustedes además de las discoteques?
– En «El cenicero»
– ¿El cenicero?
– Si, la plaza de armas de la comuna
– ¿Y por qué se llama así?
– Porque la gente dice que está lleno de colas…”
Con estas jocosas confesiones, los más de 10 chicos que asisten al Centro de Acción Social por la Diversidad de La Pintana, cuentan su experiencia de haberse conocido en un sector tan prejuiciado por el resto de la sociedad, y sobretodo, por el ambiente homosexual. Muchos de ellos bordean los 23 años de edad, estudian y asisten a los talleres de la oficina, donde pueden compartir sobre sus problemas, penas y alegrías en un ambiente de respeto y recogimiento.
El Centro nació hace un año – específicamente en agosto del 2002- por una iniciativa municipal, convirtiéndose en la primera instancia de estas características dentro de un organismo público, y que con el tiempo, obtuvo la personalidad jurídica para funcionar de manera independiente. Sus objetivos son integrar a homosexuales, lesbianas y travestis para que hagan un reconocimiento y aceptación de su identidad, transformándose así en un grupo de encuentro y acogida. Este Centro se unió con la Oficina de la Tolerancia y No Discriminación de la municipalidad de La Pintana y el MUMS. Las asistentes sociales Marianela Ahumada y Alejandra Perth, de la oficinal municipal se alinearon junto al dirigente territorial Ricardo Santos, y con otros profesionales como psicólogos y alumnos en práctica de la Universidad Católica para brindar acogida a gays y lesbianas que viven por ese sector.
“Para nosotros es muy importante la calidad de vida de los homosexuales de la comuna, que ellos aprendan los motivos reales por los cuales se les discrimina y cómo pueden cambiar esa discriminación desde lo personal”, sostiene Marianela Ahumada.
A diferencia de otros sectores de la sociedad, en La Pintana hay mucha aceptación a homosexuales, pero siempre desde lo externo, es decir, no los molestan por las calles, pero la situación cambia cuando un integrante de la familia se asume como tal, vivencia conocida por la mayoría de los gays.
Ha llegado a tal nivel el proceso de integración que incluso dos travestis son los dirigentes principales del grupo, cuenta Ricardo. Las próximas tareas son entablar los talleres de consejería entre pares y participar activamente del proyecto asociativo que elaboró el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS) gracias al aporte del Fondo Global para la prevención del VIH (ver recuadro).
Las actividades del Centro Social abarcan desde talleres de identidad, reflexión grupal, prevención VIH, religión y discriminación.
«Vivo en La Pintana»
David y Jovanni forman una pareja hace dos años, viven en La Pintana y cuentan que aprendieron a no rechazarse entre ellos mismos. “Hay mucho rechazo en el ambiente gay a los travestis y a las lesbianas, pero acá nos enseñan a trabajar en grupo y a aprender de las distintas realidades”, señala David.
Como cualquier chico gay de su edad, asisten a las discoteques del barrio Bellavista. Entre las luces de neón, el ambiente festivo se vuelve algo esquivo cuando comienza la conquista de la ocasión. Varios de ellos indican que igual han sido discriminados con miradas y desprecios cuando confiesan su procedencia.
“Al principio yo mentía mucho. Decía que venía de Las Condes o Providencia, pero después aprendí a que si un mino estaba interesado en mí de verdad, no le importaría donde yo viviera”, admite Juan de 18 años.
César, de 21, dice que no tiene mucho tiempo para preocuparse de la discriminación en las discoteques, ya que la vive en carne propia por su madre, quien sólo sospecha de su orientación y lo mantiene amenazado de echarlo del hogar si se entera de las andanzas de su hijo.
“- ¿Qué te dice?
– ¡Qué no me dice!, sólo garabatos y ofensas…
– ¿Y tu papá?
– Él falleció…oye…(cambia el tema)…¿sabes de alguna página gay?
-¡Ahhhh! si el César se lo pasa metido en internet – interrumpe David
– Si me gusta po…
– puedes ingresar a orgullogay.cl – le decimos
– ahhh, gracias, lo haré…”
César es muy alto y viste de negro porque se considera “dark”. Se ha sentido muy acogido en el grupo y actualmente busca trabajo para poder irse de su casa cuanto antes. Ya no aguanta a su madre “homofóbica”, como él mismo la califica.
Cristina, una de las pocas lesbianas en el grupo, cuenta que llegó hace dos semanas y que su lesbianismo lo tiene que vivir muy escondida junto a su pareja con la que convive hace más de siete años. Tiene 31 y confiesa que ya no se sentía cómoda entre sus amigos heterosexuales, por eso decidió inscribirse en la oficina de desarrollo comunitario de La Pintana, como una forma de compartir sus vivencias con sus pares.
“Muchas veces estuve muy mal, incluso intenté matarme porque no tenía con quién hablar, pero ahora encuentro apoyo porque acá también hay psicólogos que nos ayudan a querernos y aceptarnos”, señala.
Al ritmo de la música de las T.a.T.u, el grupo disfruta de una convivencia amenizada por los bailes y coqueteos de uno y de otros, mientras los coordinadores del proyecto no dejan de sonreír al sentir que van por buen camino en torno a una nueva diversidad.
Marcos Ruíz, Coordinador del proyecto intersectorial Fondo Global
“Faltan espacios”
Potenciar el aprendizaje en torno a la prevención del VIH, gestión de riesgo, Derechos humanos y ciudadanía, el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS) se puso con todo para llevar adelante este proyecto en la comuna junto al Centro de Acción Social por la Diversidad de La Pintana. Marcos Ruiz explica que el proyecto tiene tres puntos centrales que son la presentación del video “Homofobia y Debate Ciudadano”, Ciclos de Capacitación (no sólo para La Pintana, sino también para las agrupaciones de Lo Espejo y San Bernardo) la reproducción de material informativo. “Creemos que faltan espacios, información, compartir miradas porque son zonas muy vulnerables socialmente”, comenta.
¿Qué es el Fondo Global?
El Fondo Global es una instancia formada al alero del denominado “Grupo de los 8” (G8), que son los países más ricos del mundo que destinan parte de sus recursos a este fondo. Es por ello, que el foco principal de colaboración se dirige a los recursos para el tratamiento y la prevención del VIH/sida, además de ayudar al fortalecimiento del trabajo de las organizaciones como Vivo Positivo y el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS).En junio de este año, nuestro país firmó un convenio para financiar el proyecto «Aceleración y profundización de la respuesta nacional, intersectorial, participativa y descentralizada a la epidemia del VIH/SIDA en Chile» que contará con recursos del Fondo Global de Lucha Contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.